domingo, enero 22, 2006

Soy un penquista, a mucha desgracia


Por Benjamín Silvestre



Maldita ciudad. Me sumo totalmente convencido al denominativo de ciudad SEGUNDONA con que Yoda define a Concepción y alrededores. Y para que nadie (ni el mismo Yoda) me saque en cara eso de "por qué no se van" (que se debe usar para los pseudo intelectuales que hablan de Europa y no para quienes maldecimos la centralización) voy a aclararles que reclamo para hacer un llamado de atención, el que muchos hacen en caliente pero nadie ataca en frío.
Y para ilustrar mi postura utilizaré un recurso que los lectores del blog sabrán que manejo con decoro y amplitud: La música. Soy un buen fanático de cualquier cosa que se acerque al rock masivo y al pop vanguardista no desechable. Eso me convierte en un "fanático tipo", sin exigencias falsamente elevadas (como ciertos personajes de radios santiaguinas) ni tampoco con la carátula de "gustos populares", lo que exime de apegarme a lo kitsch o lisa y llanamente de mal gusto.
A fines de febrero viene U2 junto a Franz Ferdinand . A comienzos de marzo, Santana y Oasis (posiblemente con Stereophonics en el teloneo). Para mi "mala cueva", sólo el bigotudo mejicano no forma parte de mi sagrada colección de discos favoritos. TODOS LOS DEMÁS SÍ. Entonces, uno bota fuego por la boca reclamando su maldita realidad que lo sitúa viviendo "dónde el diablo perdió el poncho". Ya, okey, me dirán que los de Puerto Montt o Antofagasta la tiene peor. Cierto, entonces desecha esa opción de reclamo.
Lamentablemente, el actual recital que U2 ofrecerá en Chile, con los consabidos abusos de la multitienda que los trae, ofrece también una realidad super cruel. Si eres de Conce no eres nadie para esta gente. Aunque estés dispuesto a desembolsar una elevada cuota mensual. La tienda Ripley se dedicó a vender entradas sólo en Santiago y Viña, a ilusionar gente y a los que compraron en provincia por internet simplemente les ignoraron el cargo aceptado en su maldita tarjeta y privilegiaron a los de Santiago. Mi caso es que tres veces adquirí mi boleto, me llegó el mail de confirmación y tras preguntar y preguntar, nada. Mi tarjeta no asume la compra.
Muy bien, me dije. No soy el único. Era ridículo pensar que en esta ciudad pequeña vayan a llegar entradas del super concierto, me dije. Era muy grande la demanda. Convencido de mi realidad provinciana me dirigí a Falabella. Los muy patudos anunciaron que con su CMR ofrecerían tickets para estar el 12 de marzo frente a los hermanos Gallagher. Apenas llegó mi turno me abalancé tarjeta en mano sobre la vendedora. ¡Ups! No me dijo, lo único que tenemos
en carpeta es el recital de Santana. PERO TAMBIÉN TENEMOS ENTRADAS PARA EL CIRCO. Casi le puse un combo. Qué sabía la pajarona lo que para mi significa -pagando incluso con su maldita tarjeta de plástico- estar en vivo ante las irreverentes guitarras de la banda inglesa. Claro, Oasis acarrea tal demanda en Santiago que seguramente Concepción les da lo mismo a los organizadores.
Me lleva a recordar. El segundo mega evento chileno de la historia fue Cindy Lauper en 1989. En el Nacional llenó. La trajeron a Collao y hubo que entrar gente gratis para que se viera algo de público. Ese es el tema. Concepción no existe, les da lo mismo. Gente esforzada como el Kato Senociain traen artistas del pueblo porque aquí no hay pedido de números de real calidad mundial. En febrero vendrán Miranda, Sin Bandera y grupitos asíiiiii de "charchas"... Todo porque las radios locales tocan pura basura en su programación. Por eso los cebollentos de Antonio Ríos o el Profeta Marco Antonio Solis arrasan en la zona. Eso les dan, eso piden. Y los que tenemos buen gusto, tenemos que apuntar a irnos a Santiago porque en esta ciudad jamás nos llega lo virtuoso. Sencillamente porque no hay público para ello...





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