miércoles, enero 25, 2006

Amo a Danielita, que quieren que le haga...


Por Waldo Pedro, Califa de Bagdad, pero que vive en un barrio tranquilo de la capital iraquí.

Se acuerdan cuando años atrás salió ese fenómeno danzarín llamado la "Porotito Verde". Era feita pero todos se transformaron en aduladores de la musa del chileno medio. La clásica sex symbol surgida en la popularidad del barrio. Con ese detalle justifico al que esté resongando por el título de este comentario. Sí, Danielita Montecinos me enloquece hasta ribetes desorbitados. ¿Y qué?
La chiquilla está para mí en la especial línea que divide la niña de la mujer. Es una cosita hermosa, cautivante, deliciosa para mi vista. La veo a las seis y en la repetición de la medianoche. La descubrí gracias a la obsesión de Yoda con el programa y si ahora no aparece en pantalla echo ‘puteadas’ al firmamento. El otro día me había instalado para verla en la noche tras no alcanzar el programa vespertino y los pelotudos de TVU lanzaron una tontera que se llamaba algo así como Amor por el Arte. El arte de ‘agarrarlos a patadas en el hocico’ me dije por tal sacrilegio de privarme de mi musa inspiradora.
Me dirán que conduce mal, que no tiene presencia, que entrevista pésimo, que las manos, que el programa es fome, que no se qué. No estoy ni ahí. Sólo sé que su inocencia coqueta me hace pensar en ella no como "la mina para..." sino como aquella Dulcinea que te gustaría llevar a casa para presentarsela a tu mamá. La otra vez, ella estaba entrevistando a un tipo que hacía canopy y su tono de niñita más su mirada cándida con esos ‘ojazos’ grandes, brillosos, llamativos y encantadores eran para volverte loco.
Este gallo está pelando el cable, dirán. Sí, estoy loquito por la Montecinos. Aunque en este blog la pelen hasta el hastío. Ando versionando una canción de Elvis Presley. Una que diría, en mi personal estilo algo así como "Daniela es el nombre de la que enciende mi llama..."

Nota: publicamos esta foto, porque Waldo Pedro dice por el interno que fue el llamado de Daniela el que lo mató...

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