Escribe Súpertevito
Unos hocico de tarro comenzaron a difundir la especie que Master Yoda había sido echado del medio en que colaboraba. Las huinchas. Tales hocicos de tarro de leche Nido de los grandes, andaban más perdidos que Vidal. Se equivocaban, Yoda atendía unos pedidos en la zona austral. Llegó más tostado que nunca y con unas ganas de trabajar que no se imaginan.
Regresó a sus plácidas tardes penquistas y a su copita de gran reserva Mike Torres, que bebe a la hora del aperitivo vespertino, a eso de las 7 y media de la tarde. Para no marearse, engulle una o dos tapas de jamón serrano, cierra los ojos y sueña con todas las minas de la tele local menos con la de Acordes Urbanos. Ingresa luego a su escritorio, se instala frente al vaio y escribe no más de mil caracteres para evitar que herr Chairman lo agarre de nuevo a "pugteagdas pog esquibig lago".
No le agradan las entrevistas de trabajo con The Chairman, que está por regresar de Egopa, porque éste bebe un licor de extraño nombre, que dice que destilan del jenjibre, o kion, pero que Yoda cree que, derechamente, lo fabrica el propio Chairman con la saliva que recoje de su pipa. Sabe y huele a a cura Hasbún, other words a demonio.
