La nueva Eli "No Hay Caso"...

Escribe Yoda in excelsis deo

Supertevito ya le había rayado la cancha hace un mes pero parece que nos salió chúcara, zopenca o autosuficiente. María José Zuñiga, la nueva conductora de En Familia de TVU se mandó un número que, de haber alguien que sepa de tele en su canal, ya la habrían echado. El "condoro" se llama farreo de rating. Suerte para la niña. Acá nadie sabe del tema.
En la sección "Quien sabe" critiqué antes a la Llodrá y su equipo por exponer su solidaridad en cámara. Más bien, la idea era tirarle las orejas por hacer un esfuerzo noble pero no reparar en que la persona beneficiada nunca cerró el círculo que el programa buscaba. Estuvo incómoda e inexpresiva. Error de planificación. Muy distinto a lo acontecido en la competencia. Allí hubo una sola responsable. La conductora, que difícilmente olvidará el nombre de María Álvarez pues le rememorará lo mal entrevistadora que es y su incapacidad de resolver emotividad al aire.
La mujer había perdido su casa. Se había sacado la cresta en un trabajo de migajas y sus tres hijos eran ejemplo. No tenía nada y aún seguía peleando. Un 'dramón' de la vida real.
Fue como si el equipo de producción hubiese entrenado la jugada toda la semana, la planificó de manera perfecta, la resolvió y ejecutó sin fallas entregando la pelota en el área chica y sin arquero para que su figura pusiera la rúbrica. Y la muy "pava" tiró la pelota fuera.
¿Quieres detalles? La señora María se emocionó de entrada mientras la periodista (sorry colegas, pero lo es) preguntaba sin mirarla a los ojos, sin manejar la pausa y la emotividad, repitiendo lo que se conoció en la nota de presentación. En un momento la interrogada solicitó clemencia porque el recuerdo la agobiaba y la mentecata prosiguió el cuestionario sin reparo alguno. Luego la victimizada señora recibió una cajita de chocolates -yo ardía de rabia por lo inútil del obsequio mientras la Zuñiga leía una y otra vez el nombre de la empresas que los donó-, cosa que no importaba pues era Navidad. Una librería le entregó útiles para sus hijos y cuando le anunciaron que habían contactado un mejor trabajo para ella la mujer rompió en llanto. Ni la mitad de lo que invirtió el matinal del 9 y el resultado era notable.
Momento crucial que la Zúñiga congeló leyendo agradecimientos. No se acercó a la emocionada señora. No la abrazó, no hubo primer plano de su alegría contenida con un relato sensible detrás. Fue como decirle, te damos esto y ahora te vas. Cero piel... Nula solidaridad verdadera.
Entonces, María José, no haga caso omiso cuando le dicen algo para mejorarla. Usted es fome, no es incisiva, no incentiva. A pesar de tener naturalidad. De ser más atractiva que su predecesora, Carola Rebolledo. No le alcanza. O trabaja el tema o se va al seminario. Para qué desechar el trabajo de su equipo. Ve que le resta "color" al cuento ¿O quiere que con razón la gente le diga "rica la tonta"?