Osama escucha...

Escribe Osama Ben López

El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos decía una canción. Para los encargados de las emisoras locales el tema es... nos vamos quedando pegados.
Este es un blog y no puedo teorizar extenso pero aquí les van algunos elementos a considerar a la hora de enjuiciar a las radios de la zona.
Primero, los formatos. Junto con la democratización vinieron aperturas. La radio no quedó exenta. Si en los 70 y 80 la idea era un locutor impostado (más en las FM), esto se rompió con la irrupción de Iván Valenzuela, Rolando Ramos y otros con el proyecto Rock and Pop. Locutores informales, donde importaba más el qué se decía por sobre cómo se decía. Tras su masificación, los 90 mostraron en su final la aparición de un medio claramente segmentado por públicos (joven, adulto-joven, maduro) y estratos (ABC1, D y E) variando en el tipo de programas, conductores y especialmente la música. Pero sin mezclar "peras con manzanas".
En nuestra zona nos quedamos en la primera etapa. Las radios son populares cuando nuestra gente no. Copian los diferentes formatos y el poupurri resulta desastroso. Sin rumbo. Sin credibilidad. Aún no entienden que tocar una canción de Chayanne y luego una de Gorillaz sencillamente NO SE PUEDE. O tampoco poner un programa de Nueva Ola y luego uno de rock. Hace algunas semanas, Erika Casas de Femenina FM hablaba sobre las canciones que más se escuchaban por estos días con su Dj al aire. Cuando ella preguntó (tras hablar de los desechables artistas de "Rojo" y parecidos) por el single "Precious" de Depeche Mode, el programador quedó "marcando ocupado". Cómo una radio que se dice pionera no tiene el single promoción del Mejor Disco de 2005, Playing the angel. Fácil. Porque ven mucha tele y programan de acuerdo a lo que dicta la pantalla (Rojo, Mekano, etc). Por eso no afinan paladar, no le echan una miradita al público potencial (estudiantes y juventud inteligente hay por doquier en Conce) y carecen finalmente de un desarrollo musical en sus discotecas. Nos martirizan pues tenemos que aguantarnos las letras pelotudas de Cristián Castro o las idiotas melodías de Regaeton Boys durante todo el día para saber que pasa en la zona con gente nuestra al micrófono.
Tiene arreglo. No, pero durante 2006 seguiremos dando algunas fórmulas e intensificando la crítica para que nuestras emisoras aprendan algo y logren captar audiencia sin la necesidad de armar gigantes departamentos de prensa.
Para hacerle frente a las grandes cadenas nacionales -que gastan sólo en
antenas porque las ideas son gratis- y afianzarse en sus entornos físicos.
Un poquito de creatividad e inteligencia basta para ganarse el primer lugar en una región que por ahora, parece tenerlo vacante.