
Claro que al imbécil de Casanova se le ocurrió maltratarla. Lo que correspondía era hacerle nanay o sana sana colita o potito de rana. Eso era lo que correspondía y no haberle hecho acusaciones infundadas de las que hasta Chelín y Cornejo debieron salir, como caballeros que son, al paso.
Súpertevito, editor de turnio.