Sr. Director:En estos días, hemos visto cómo frente al Papa, a las cámaras y al mundo, una encantadora mujer dice defender la familia; sin embargo, en los hechos, ella y su equipo principal sólo promueven políticas libertinas, imprudentes, y reñidas con la verdad y la vida.
Enrique Van Rysselberghe H.
Inquisidor y concejal part time.
Profesión, escritor de cartas al Señor Director
Con Juntos por Conce te cortai el pelo.
Opiniones como las de Maxito no hacen más que reflejar el completo desconocimiento de la realidad y del pensamiento y actitud de la juventud nacional. ¿Realmente creen que sin entregar la píldora del día después disminuirán las relaciones sexuales entre los adolescentes?. La respuesta es obvia: NO. Por el contrario, ante una realidad -guste o no- en que los padres fracasaron con la educación sexual hacia sus hijos, al Estado sólo le queda intervenir proponiendo y facilitando los medios de anticoncepción para evitar que de un acto -en su mayoría irresponsable- salga afectado un tercero inocente.
Maxito, con su actitud, pertenece al mismo grupo arcaico que se negaba al uso y entrega de la píldora anticonceptiva, al uso del condón y a las campañas del Minsal para fomentar su uso -argumentando que fomentaba la "inmoralidad" del acto sexual-, y hoy el repudio por un anticonceptivo que se trata de tachar de "abortivo", siendo que la misma ciencia cada día que transcurre descarta dicho carácter.
La posición de Maxito, compartida por su hermana alcaldesa, no es más que el vivo reflejo del grave desconocimiento de la realidad. En el caso de la alcaldesa es peor, pues su (de)formación como médico le permitiría conocer el real alcance y efectos de este fármaco. Por lo demás, políticos-médicos de la UDI como la alcaldesa de Renca Vicky Barahona, el diputado Juan Lobos y los alcaldes no médicos como Gustavo Hasbún, Pablo Zalaquett y Gonzalo Cornejo han manifestado su apoyo a la entrega de la píldora y descartan -con argumentos técnicos- que ésta sea abortiva.
