viernes, enero 25, 2008

De esto EL SUR no publicó detalles y ocurrió en San Pedro de la Paz



Relato publicado en el diario La Nación.


La interceptación al celular de María Macarena Aranis Quiroz, prima del ex agente CNI, determinó la captura de quien fuera uno de los prófugos más buscados por la policía civil durante los últimos cuatro meses.

La estrecha comunicación telefónica que tuvo Iván Quiroz con la mujer se convirtió en la pieza clave que llevó a cuatro efectivos de la Jefatura Nacional contra Delitos de Derechos Humanos a viajar al sur e instalarse durante una semana en las cercanías de San Pedro de la Paz, pueblo ubicado en la VIII región, aguardando su inminente captura.

Durante los 121 días que eludió la justicia, el oficial (R) de Carabineros nunca dejó de tener contacto con sus parientes más cercanos, pero fueron particularmente los contactos con esta prima lo que marcó el camino a su aprehensión.

Los incansables contactos que tuvieron, no fue un evento casual. Fuentes ligadas a la causa señalaron a La Nación que Iván Quiroz mantenía desde hace años una relación sentimental con su prima María Macarena.

Una vez que los investigadores descubrieron este nexo sentimental, procedieron a "pinchar" su teléfono para aguardar las conversaciones que tenían. Con esto, se revelaron datos del lugar donde podría estar oculto y la persona que ofició como su "ayudista": Hugo Schiavi Barberis, individuo que lo acompañaba en el momento de su arresto.

LOS VIAJES

Este hombre de parentesco político con el otrora "Capitán Velasco" -era el viudo de otra de sus primas- fue contactado por Aranis para que lo resguardara y facilitara los elementos logísticos que necesitó cuando se declaró en rebeldía tras conocer su condena a diez años de cárcel, por su participación en la muerte de doce ex frentistas en la llamada Operación Albania.

Otra pista que seguían los policías, producto de la intervención al teléfono de la mujer, fueron los viajes que ésta habría hecho a la VIII región y zonas aledañas a ella.

Nunca se pudo comprobar que ella se reuniera con Quiroz en estos traslados que realizaba a su fundo cercano a la comuna de San Pedro de la Paz, en la región del Bío-Bío. Esto, ya que la mujer, en una oportunidad advirtió la presencia policial y no llegó al punto de encuentro. Sólo la semana pasada la Jefatura contra Delitos de Derechos Humanos determinó movilizar contingente hacia el lugar.

El aspecto del ex uniformado había cambiado sustancialmente. Dejó crecer su cabello y cultivó una espesa barba que tapaba gran parte de su rostro. Pero estas variaciones no fueron impedimentos para que los policías lo reconocieran.

La tarde del miércoles, cerca de las 20 horas, se concretó la diligencia cuando Quiroz se disponía a comprar en un supermercado local. En ese momento tres detectives armados se acercaron sigilosamente por la espalda de Quiroz y lo retuvieron. Acto seguido y sin oponer resistencia el prófugo les señala "tranquilos no estoy armado, esto se acabó".

A PUNTA PEUCO

Durante la madrugada de ayer, los efectivos de Investigaciones viajaron desde la ciudad de Concepción, con una escolta de cinco vehículos y amplio despliegue de seguridad, hasta el cuartel Borgoño de la policía civil, donde ingresó pasadas las 8:30 de la mañana.

En el lugar fue notificado de su sentencia en el caso Albania por el ministro Mario Carroza y además de un nuevo procesamiento en su contra por su participación en el llamado caso de "los cinco frentistas" (ver recuadro).Además fue interrogado por el juez, para establecer de qué forma logró eludir la justicia durante todo este tiempo y quienes se hicieron cómplices de la fuga.

Una vez terminada esta diligencia y antes de emprender su partida hasta Punta Peuco, cárcel donde estará recluido durante los próximos diez años, señaló que "Estaba prevista esta situación y se cumplió el objetivo de resaltar el tema de los derechos humanos para que por lo menos exista conciencia en el país de que nosotros no éramos un grupo de bandidos que hacíamos las cosas por otras cosas".

Respecto a esto último agregó que "nosotros éramos agentes, empleados, policías del Estado. Entonces nosotros tuvimos que cumplir funciones obligados por el Estado".

Al consultarle si estaba arrepentido por los crímenes cometidos dijo que "no es una cosa de arrepentimiento, con las vidas humanas evidente, soy católico. Pero le recuerdo en los dos procesos no disparé a ninguna persona, eso está comprobado".

Una de sus nueras enfatizó respecto al contexto en el cual fue juzgado que"era una guerra de todos lados, la izquierda hizo exactamente lo mismo. Los del FPMR ¿Eran todos santos? Se llenaron los bolsillos de plata y los militares todos están presos".

En tanto, el subsecretario del Interior Felipe Harboe destacó que "nadie está por sobre la ley, nadie puede intentar evadir la acción de la Justicia, sea cual sea su condición, de ex uniformado o de civil, da lo mismo".

Nota del Editor: mi viejo me contó que el tal Schiavi era un loco de atar que se destacó en 1973 por la persecusión a personas junto a un sujeto de nombre César Paterson que se las daba de periodista. El Schiavi aún recorre las calles de Concepción pero con la mirada medio extraviada. De Paterson se sabe poco, estuvo dedicado a la agricultura en un predio que nadie sabía como se convirtió en propietario.