martes, octubre 23, 2007

No halla qué más hacer

Por Marilyn

A cada figurita le llega su cuarto de hora y eso le ha ocurrido a la Olivarí. De diva en Morandé, desde donde nunca debió haber salido, ha sido desplazada a lugares secundarios por la dinámica de la farándula. Entonces hace lo posible por que la tomen en cuenta. Lo de la semana pasada en Antofagasta fue elocuente y raya casi en lo ridículo.
Antes con su fracaso en Viña del Mar en donde creyó sería reina de esa feria de vanidades que es el festival y después con la incorporación de mayor centimetraje en pechos y glúteos, avanzó muestras evidentes que poco le queda por hacer.
La culpa la tiene ella misma que creyó que, como muchas figuras de la farándula, todo el mundo continuaría con muestras de pleitesía permanente. La sobreexposición televisiva cansa más que nada a los telespectadores y eso le ha psado la cuenta a Olivarí.
Sobreexposición, el no ser una artista y el no haber intentado ni siquiera tomar lecciones para lograr alguna competencia de interés del público con el que tenía afinidad, la han relegado a ser jurado de un programa también ya resistido y con escasa audiencia titulado Cúanto Vale el Show, que como cosa nueva no muestra a la gente modesta intentando ganar un modesto premio en dinero, sino que paga para que concursen figuras conocidas, si hasta la Rose Marie Gill intervino como domadora de perros, cosa que es el colmo.