El alcalde coronelino Leonidas Romero disparó saliva a la organización del Campeonato de Mundial de Tiro al Vuelo. Lo más terrible es que fue en pleno acto de inauguración efectuado en las canchas del Stadio Italiano de Concepción.Usía se paró más enojado que un quique, y en el estrado demostró toda su rabia por no figurar entre los oradores.
Lo primero que hizo al pasar adelante fue quitarle el micrófono al periodista Héctor Alarcón y lanzar una arenga. Dijo que: Si no hablaba, me retiraba de esta ceremonia. Que al dueño de casa no le permitan siquiera saludar es algo que no entiendo. Represento a 120 mil personas, y hace más de dos años que estoy apoyando la realización del torneo", afirmó para iniciar los disparos. Todos los asistentes, especialmente los europeos y los del medioriente creyeron que se trataba de un talibán que se había introducido subrepticiamente. Llamen a Obama para contarle y que se lo lleve a Guantánamo, pedía en inglés un rubicundo entrenador yanqui con su escopeta en brazos.
Romero no entendía que se hubiese invitado a un conjunto folclórico de Curanilahue cuando en Coronel tenemos uno muy bueno, aseguró. Tampoco me parece, añadió, que en el afiche oficial aparezca que el Mundial es en Concepción, debía decir el mundial de Coronel.
La Madrina van Rysselberghe estaba invitada pero no concurrió seguramente porque no era una reunión de pobladores y viejitas a quienes contarles historias. Si les contaba historias a los tiradores es muy posible que le hubieran llovido perdigones.
