miércoles, diciembre 22, 2010

El compadre Moncho por dentro...somos los Salieri del mercucho

Es bolsero y si puede sacar la vuelta, lo hace. El compadre Moncho puede no tener las virtudes más loables de un ser humano, pero a pesar de todo, es uno de los personajes más queridos por los jóvenes chilenos.


El actor que lo interpreta, Adriano Castillo, asegura que papor ra hacer el papel que por 22 temporadas ha realizado en pantalla, hay que haber vivido mucho. El cariño del público al compadre de “Los Venegas” -lo nombraron incluso a candidato presidencial en un grupo de Facebook- y el largo tiempo en que la serie televisiva lleva al aire, es lo que lo tiene convencido de que aún Monchito no dirá adiós, pese a la decisión de TVN de no renovar el contrato con la productora que realiza el programa, Chilefilms.

“Yo no tengo ningún comentario al respecto. Lo único que puedo decir es que la decisión que tomó el canal es errónea, se equivocaron, porque el programa tiene un rating de 8 puntos, que implica una cantidad bastante importante de público que lo sigue (...) Nosotros, lo que vamos a pretender es colocar el programa en otro canal, porque perfectamente se puede renovar, manteniendo más o menos la línea de los personajes.

-¿Habrá alguna reunión de despedida con TVN?
“No, no, no, no, no. Olvídate de la palabra despedida. No tiene ningún sentido despedirse de nada. Aquí se terminó un contrato no más. Y cuando eso pasa y te sorprendes, ¿qué te vas a despedir? ¿Despedir de qué? Esto es un negocio donde hay una persona que vende y otra que compra. Nosotros habríamos querido seguir con ellos, pero nos damos la mano y chao”.

-¿Pero entre ustedes, el elenco, la producción?
“No, si no nos vamos a despedir, vamos a intentar colocar el programa en otro canal. Porque tiene 8 puntos de rating y eso es plata, y estoy seguro que otro canal se va a interesar. ¿Y cuántos puntos dará un programa a las 10 de la noche o a las 11, de una hora y reformulado? Si este es un negocio que cuando está rindiendo frutos, hay que explotarlo”.

-Uno de los personajes más queridos de la serie es el compadre Moncho. ¿Por qué crees que llama tanto la atención?
“Todos se preguntan lo mismo, por qué este tipo ha logrado entrar tan fuerte, sobre todo, en la mente de los jóvenes. Los abuelitos lo quieren porque los hace reír, la gente de mediana edad lo encuentra simpaticón, pero los jóvenes son lo que los sostienen. Lo aman, aunque sea un tipo bolsero, irresponsable, aprovechador, no devuelve la plata, si puede no trabajar, no trabaja y saca la vuelta. Yo creo que todos en el fondo de su corazón quieren ser así, trabajar poco y mantenerse decentemente. Pero creo que todas esas características van unidas a las del actor, que soy yo. Todos saben que tengo una tremenda mina en la casa (su esposa, la vedette argentina Beatriz Alegret). Entonces, estas características y siendo jaranero, ha formado un todo que los jóvenes lo adoran”.

-Has dicho que para interpretar al compadre hay que haber vivido lo suficiente...
“Sí, yo he vivido harto. He hecho muchas cosas de las que ha pasado el compadre Moncho. La única diferencia que tenemos es que yo soy responsable, puntual. Soy respetado en mi trabajo por un montón de virtudes, no de defectos. Soy un gallo que no falla, sólido en el trabajo y en su vida”.

-¿Bolsero?
“No, nunca. Yo nunca he dejado de devolver lo que me han prestado y no pido nunca plata prestada. Creo haber pedido alguna vez mil pesos para pagar un café, porque no tenía sencillo, pero nunca he pedido prestado, solamente a los bancos y les he cumplido. Esa parte es de Adriano Castillo. Yo fui formado en mi colegio y en mi universidad (Instituto Nacional y la Chile) para ser un gallo sólido y responsable”.

-Pero has comentado que el carrete te ha traído problemas en tu matrimonio.
”Es que también tengo, a parte de todo eso, la parte jaranera. Siempre me ha gustado la fiesta, el copete, las minas, pasarlo bien, la hípica, el póker... Pero no dejo de ser responsable. Si pierdo en el póker, me levanto y nadie podría decir que no he pagado una deuda. Lo que pasa es que con el tiempo me he ido poniendo más serio. Con Beatriz he tenido algunos problemas en el que yo he sido el que se ha equivocado y me he ido de la casa varias veces. Pero ella me llama y me recibe”.

-¿Y vuelves con al cola entre las piernas?
“Si ella me llama, yo vuelvo con una botella de vino o comida china, porque a ella le gusta. Nos ponemos de buena y empezamos de nuevo como si nada hubiera pasado; no volvemos a tocar los temas. Pero hace como cuatro años que no me mando ninguna embarrada. Es que cada vez estoy más viejo. Cinco veces me ha llamado de vuelta y cinco veces he vuelto. ¿Habrá una 6 vez? No me voy a arriesgar. No hay que ser gil ni confiar en la suerte”.

-¿Ha habido infidelidad?
“No, eso no. Me he mandado a cambiar y no he vuelto en tres días, leseras que he hecho yo. Porque la Beatriz es un siete, no comete errores, y si algún día se enamora de otro gallo me lo va a decir a mí primero. Ya llevamos 20 años y no me lo ha dicho. Una vez pasamos un mes y medio separados, porque cuando yo cometo errores, la mujer se pone difícil y a mí no me gusta pasarlo mal en mi matrimonio. Así que agarro mi maleta y me voy. Tengo amigos y amigas que me reciben”.

-¿Amigas?
“Sí, pero amigas de la universidad que ya son señoras muy respetables y que me reciben un mes, tranquilamente. Yo no me voy a hoteles, a mí me reciben porque tengo amistades sólidas desde hace muchos años”.

-¿Y ella es celosa de ti?
“Sí, mira como es la vida. Yo no soy celoso con ella, pero ella es tremendamente celosa conmigo.
“Yo no, porque cuando un hombre tiene una mina de ese calibre, no puede ser celoso, estaría suicidado a las dos semanas. Todos los tipos la miran, todos esperan tener algo con ella. Por eso tienes que ser seguro de la relación. Además, conociéndola a ella, sé que no hay ningún problema. La han llamado para la casa hombres, pero yo les he dicho que está ocupada”.

-¿Piensan agrandar la familia?
“Una vez lo conversamos. Esa fue la quinta vez que me mandé una embarrada, porque ella cumplió 38 años y me propuso tener un hijo y yo le dije: ‘¿Tai’ más loca?’. A lo mejor cuando partimos nuestra relación a mí me habría gustado, pero ahora no. Y cuando estaba terminando de decir la frase, me di cuenta que la estaba hiriendo y ya no podía echar pie atrás. Ella se sintió y empezamos con la cosita de ‘yuyiyú’ y agarré mi maleta y me fui. Me llamó como al mes”.

-¿Qué es yuyiyú?
“Te empieza a joder por cualquier cosa, que qué hace el diario aquí y por qué está el vaso acá y ¡pah!, lo quiebra”.

- ¿Podrían agrandar la familia ahora?
“No, yo creo que ya estamos pasados y no hemos vuelto a tocar el tema. Está un poco dejado de lado ya. Creo también que fui un desgraciado, pero así soy yo”.

-Un desgraciado.
“Un desgraciado (ríe). Porque soy un gallo de 66 años y no puedo estar con pañales en el departamento, es mucho. Soy un gallo muy cómodo. No tengo auto, por ejemplo, por comodidad, para no andar preocupado de que me van a sacar un parte, que me lo van a rayar, que hay que sacar el permiso... no”.

-¿Qué va a pasar con el compadre Moncho ahora?
“No sé lo que va a hacer, pero perfectamente podría tomar rumbos inesperados, porque el compadre es una marca metida en el chileno. Pero en estos momentos, él está avocado a que junto con la gente de Chilefilms y junto al elenco, vendamos el producto formulado a otro canal”.

-¿Podría terminar el compadre siendo abogado?
“No, los personajes siguen su perfil”.

-¿El que nace chicharra muere cantando?
“Claro, no hay vuelta, mijita”.

-¿Y en tu caso?
“Va a ser exactamente igual. Mañana me puedes ver en una fiesta tremenda, bailando y cantando y contando chistes en el escenario, pero poco. Si antes era diez, ahora hago tres y me voy a sentar”.

-¿Cuál es tu vicio privado?
“El sudoku, los resuelvo todos, ver grandes películas antiguas, la hípica aunque eso no es privado, es público. Vicio privado podría ser mi asistencia a los cafés con pierna en el centro. Siempre voy y tengo una chica que me atiende en el Kakos, la Olguita, una morena. En el Matías me atiende la Cony, otra morena y alta”.

-Y después no quieres que se ponga celosa tu esposa.
“No, ella sabe que no pasa nada. Me molesta eso sí; de repente me dice: ‘claro, te vas a ir a meter a esos lugares’, pero sin mucha importancia”.