miércoles, mayo 24, 2006

Ayuda para Rubén: el Tony Pulguita y tu documental



El Tony Pulguita, la amiguita Amy y Sacapica, son el resabio, que se niega a abandonar los sets, de una fórmula pretérita de hacer televisión para niños. La denominación tony no aparece en el diccionario de la Real Academia de la Lengua, por lo que debíamos hablar simplemente de payaso(del italiano pagliaccio) vocablo que define al artista de circo que hace de gracioso, con traje, ademanes, dichos y gestos apropiados. También le es pertinente la voz inglesa clown, con una diferencia, tal es un payaso elegante que dialoga con el animador del espectáculo circense. Eso no es Pulguita. Es sólo un payaso al que en Chile, no es muy claro el por qué, nombramos tony.
Hace algunos años la revista Wikén, de El Mercurio, calificó a Pulguita como “ payaso menesteroso”. Habría que interpretar el calificativo a partir de su escasa elegancia. Un ex abrupto, si bien es cierto no se reconoce en Pulguita elegancia alguna. Lo adecuado habría sido “payaso modesto”, exento de los brillos y la creatividad habitual en los circos de países desarrollados.
Sin temor a equivocarme creo que se está en presencia del heredero local de figuras televisivas infantiles de hace treinta o más años. Recordemos a un también payaso de nombre Bertoldo, a Pin Pón, a los payasos de Teleminimundo, entre los nacionales. A Cepillín, uno internacional venido de la televisión azteca.


Los mencionados basaban sus programas en diálogos moralistas y canciones. Eran amables, relucientes y con personalidad. Las canciones estuvieron siempre presentes. Con letras motivadoras hacia las conductas correctas, plenas de alegría y humor. Teleminimundo, a su vez era, en esencia, un circo de verdad, con señor Corales y un payaso magnífico creado por Pepe Tapia. No había niños sino como espectadores. Los mensajes entretenidos transitaban en cada edición sólo hacia ellos.
Las formas cambian y ahora nos encontramos con una figura parecida a las del pasado, con menos recursos escenográficos, menos set, menos producción pero con la participación directa de los niños. Pasan a ser parte del espectáculo. Su ausencia sería una catástrofe. Si se pudiera medir su intervención, ésta equivaldría a más de la mitad del programa, entre canciones, bailes, poesías e imitaciones.
Los contenidos continúan siendo moralistas, en especial las canciones de Pulguita, en cierta contradicción con algunas actuaciones de niños y niñas, incluso algunos muy pequeños, que demuestran sus habilidades en el mover prematuramente la pelvis, o interpretan canciones de amor de gusto de adolescentes puntudos, o francamente de adultos, en que hay constantes alusiones a la entrega amorosa, a los besos interminables, a la pasión, noches de ronda, enfin. Todo muy alejado de las categorías de análisis y comprensión de los actantes. Ese escollo no lo ha superado Pulguita conductor de este programa para niños, muchos, al parecer, un tanto adelantados.
A la pregunta ¿cuál es la atracción de Pulguita?. Sin duda la oferta de escenario para los niños de las escuelas básicas municipales o subvencionadas. Asegura espectadores, los propios escolares, familias y la orgullosa comunidad de la escuela mencionada varias veces en el programa. No he visto niños de establecimientos privados como público o “artistas”, diríase que de acuerdo a la estratificación de grupos socioeconómicos que hacen los publicistas, el grueso de los espectadores a los que busca entretener, y que se entretienen con Pulguita, pertenecerían, preferentemente, a los grupos C2 y C3. Sólo unos pocos, escasos, al mítico ABC1.
Los padres también han sido integrados como público y como concursantes. No está mal, alguien tiene que trasladar “a los artistas” desde el hogar al estudio de televisión y viceversa.
Sumando y restando Pulguita y sus amigos tienen su público infantil que combina su sintonía entre el tony y los “monitos” que ofrecen los diversos canales, porque programas exclusivos para ese segmento de televidentes prácticamente no existen.


Súpertevitio (como habría dicho Lucho Barahona, el maravilloso Payasito Bertoldo, que tuvo su momento de gloria hace 30 o más años en la televisión chilena. Creo recordar que en TVN)
Rubén, si quieres citarme en tu documental (tiene que salir, es un buen proyecto) inventa la fórmula, una voz en off, etc.