Mute a Carcuro
No pretendo erigirme como el estandarte de una lucha generacional por el liderazgo en el periodismo deportivo, como hace unos años Mario Mauriziano lo proclamó a todo aquel que quisiera prestarle atención. Ni siquiera tengo claro si mi percepción es profesional o si responde a una rabieta de hincha que acaba de despertar de un sueño. Lo único claro es que Pedro Carcuro me colmó...
Muchos de los partidos que vi en mis veintiocho años de vida debí seguirlos a través de la señal de Televisión Nacional. Obligado porque no había alternativa, porque no había televisión por cable o porque creía que el "7" era efectivamente el "Canal de todos los chilenos". Hoy quiero decirles públicamente que no me representan. A mí, ni a muchos de mi generación ni de las que vendrán.
Todos alimentamos la ilusión de ser campeones del mundo. Quizás ustedes también. Y no es mi intención responsabilizarlos porque Chile haya caído ante Argentina. Los periodistas no entramos a la cancha. Estamos para contar lo que vemos, para transmitir situaciones. Y, válidamente, para reflejar emociones. Nos podemos alegrar, reir, celebrar. Y, como no, también llorar. En suma, comprometernos. ¿O acaso a alguno de nosotros le entregaron un traje o una máscara de robot junto con el certificado de título?
Sé que quizás romperé paradigmas al rebelarme contra la objetividad o la imparcialidad que inculcan los libros y que enseñan en las escuelas de Periodismo. Principios con los que no comulgo y que no tienen nada que ver con el profesionalismo. Sé, probablmente, que estaré frente a una falta ética al criticar a un colega. Pero el señor Carcuro terminó con mi paciencia.
Sus mensajes pesimistas comenzaron antes que el partido ante los que vestían de albiceleste. Insisto. La majadería y la "chaquetería" son directamente proporcionales a la falta de compromiso que tiene al periodismo deportivo nacional sumido en un atraso de dos décadas. ¿O acaso alguien cree que en Fox Sports "agrandaron" tanto a los chilenos como Carcuro a la supuesta picardía de nuestros adversarios de hoy? ¿O que no tenían la camiseta puesta?. Pregunto: ¿por qué si uno de los nuestros pega una patada merece una tarjeta y si lo hace un argentino, es pachorriento y crack?
Incluso ante los impresentables errores del juez Wolfgang Stark, y la entendible impotencia de los que vestían de rojo, el "colorín" sacó a relucir su irritable "papismo" ¿Y qué quería? ¿Que nadie le enrostrara sus equivocaciones? ¿Que los nuestros 'agacharan el moño' como pasó históricamente en nuestro fútbol y en nuestra sociedad?. Cada uno debe conocer las consecuencias de sus actos. Los chicos de la sub 20, también. ¿Y usted, cuando?.
Tengo claro que al "rostro" de TVN ni le llegará este mensaje. Como también que, si se lo cuentan, no le afectará ni le cambiará la vida. Lo que quiero decirle es que somos varios los que no soportamos que nos enseñen a ser segundos. Y muchos los que nos vamos a cambiar de canal o a utilizar el "mute" del televisor cada vez que sepamos que usted será el encargado del relato.
Cristian González Arancibia, Director
NOTA DEL EDITOR DON BERNA: hay ocasiones en que el gordo éste le pega a quinto bote, según dice el imbécil del Yoda que es muy amigo suyo.
