Sánchez y Orellana, esas verdaderas ladillas, no vieron una en el mundial de Sudáfrica. La ladilla uno se dedicó a realizar cachañas huevonas y la ladilla número dos apenas jugó unos minutos.
Joven masoquista con tiempo libre y suficiente paciencia. Alto, de buen trato. Chenstatiano. Uso corbata con nudo Príncipe de Gales y me perfuma Ungaro.