sábado, diciembre 27, 2008

La CIA confirmó que Ruperto Concha disfrazado de periodista fue el que lanzó el zapatazo a Bush

Un agente de la CIA que no quiso decir su nombre confirmó que un analista chileno de una pequeña radio de la provincia de Concepción, a 500 kilómetros al sur de Santiago , fue quien disfrazado de periodista iraquí tiró, sin achuntarle, un zapato al presidente Bush. Añadió que el hombre, de edad indefinida, barba y bigotes de mosquetero, de nombre Rupert Shell (en español Ruperto Concha) viajó a Irak con ese exclusivo propósito. En Bagdad se disfrazó de periodista y concurrió a la conferencia de prensa para consumar su plan de lanzar un zapato al mandatario norteamericano. El zapato, puntualizó, era marca Albano de color café y con la suela bastante gastada y se presume lo habría usado antes un comentarista deportivo de apellido Vidal, quien está también siendo investigado pero que con certeza se sabe que no viajó a Irak porque apenas habla castellano.
Por otra parte en el cuartel de la CIA en Langley otro agente que tampoco quiso decir como se llamaba, puntualizó que Concha desarrollaba desde hace tiempo una campaña en contra de Bush en una radio que identificó como la Bido Bido. Allí culpaba de todo lo malo que ocurría en el mundo, incluida la caida del Vial a Tercera, al señor Bush sin siquiera conocerlo con la complacencia de un antiguo periodista de apellidos Schwartzman Hasson más conocido como Salvador Chuárman. También está siendo investigado pero se dijo que no tenía nada que ver porque era muy partidario de mister Bush.
Shell después del zapatazo fue enviado a la 1a Comisería de Carabineros de Irak, en calle Baja Me la Jaula, en donde se le tomaron sus datos y dirección. Fue dejado posteriormente en libertad, pues dijo que a las seis de la tarde debía dar una charla sobre política internacional en la Universidad San Sebastián sede Bagdag.

En la fotografía se ve a Ruperto disfrazado de periodista iraquí en el instante mismo en que lanza el zapatazo al señor Bush. La instantánea la tomó el reportero gráfico chileno Don Alipio Ortega, que nadie se explica aún por que razón estaba allí.