martes, agosto 26, 2008

Ni tan güenos


Por Bernardo la Layenda

Los comentaristas nacionales coincidieron en alabar los espectáculos inagural y de cierre de los Juegos Olímpicos. Es que no saben nada de los chinos, están acostumbrados a esos numeritos. Las dictaduras son proclives a esa espectacularidad, ya lo hacían antes de los juegos. Si se les ocurriera darles la organización a los coreanos del norte sería un espectáculo mucho mayor porque los desfiles militares tienen más precisión todavía que en China. La sincronización es propia de los cuarteles, el orden también y el que no obedece finalmente termina ejecutando el ejercicio que le piden y si no al calabozo o a castigos peores. China con los juegos pasó piola con lo del Tibet, por ejemplo. Lo mejor de la noche del cierre de Pekin fue la intervención de los londinenses, espectáculo de gran colorido y bellaza y con plena libertad de los artistas para moverse sin la sincronización de las dictaduras.
Es todo y tennemos muchas esperanzas en los juegos de Londres, no de ganar medallas sino en que cada cual se mueva para donde esré vuelto.